Todos conocemos perfectamente la comida ecológica o bio,
¿verdad? Nos informan constantemente sobre las ventajas de comer alimentos
naturales, poco tratados o sin químicos. Y, ¿qué pasa si queremos introducir
esa filosofía en nuestra casa? Pues que nos interesamos por tener una casa sana. ¿Pero qué significa exactamente tener una casa sana?
Tener una casa sana significa escoger materiales con poca polución, como pinturas sin disolventes. Significa pensar en el ahorro de agua y energías. Significa crear un ambiente en el que se viva a gusto cuidando la iluminación, el sonido, la electricidad y el electromagnetismo. Significa aplicar la geobiología y el Feng Shui para que nuestra casa no sea motivo de desgaste sino de regeneración.
Concienciarse sobre la importancia de vivir de forma saludable es un cambio muy positivo para todos. Es un primer paso muy
importante. Tras él llegan reflexiones sobre cómo vivimos y sobre qué implica
vivir en una casa sana. Todos pensamos rápidamente en materiales ecológicos. Pero a veces conseguir un
material ecológico significa mucha polución debido al transporte. O bien significa dar prioridad a
un modo de fabricación menos ecológico o a un producto de difícil reciclado.
Por eso quería hablarte sobre los productos, sostenibles, ecológicos y de proximidad. Ser respetuoso con el medioambiente a veces puede estar reñido
con la economía de recursos de tu casa. Cuando buscamos materiales sanos, empezamos por interesarnos por los componentes, como el tipo de
barniz de nuestro parquet. Es decir, damos
importancia a la ecología. Pero a veces, ese
barniz sin gases, se fabrica en la otra punta de Europa, por lo que siendo ecológicos con nuestra casa, dejamos de serlo con el
planeta.
Por eso cada vez tiene más seguidores el comercio de proximidad,
para así evitar la polución y no dañar al planeta con el transporte. Pero además, debemos
fijarnos en otros aspectos del producto: ¿puede reciclarse fácilmente, una vez
obsoleto, tiene una larga vida o su proceso de producción es complejo, caro o
poco ecológico? De ahí el interés por la sostenibilidad
de un producto, para así evitar al
máximo que el proceso de vida afecte al planeta.
Cada vez los fabricantes están más concienciados y buscan
conseguir un producto que respete estos tres aspectos, pero no siempre es
posible. A veces tenemos que decidir a qué queremos dar prioridad. Te pondré un ejemplo. Tengo dos amigas, Lola
y Bea. Cada una de ellas tiene una opinión muy diferente sobre la importancia de
reciclar. Lola decidió hace tiempo no reciclar envases ya que considera que
para reutilizar el plástico, se gasta mucha agua en su
limpieza. El sistema actual de reciclado no le parece ecológico. En cambio Bea,
decidió ayudar al reciclaje de envases, no sólo usando el contenedor amarillo,
sino tomándose también su tiempo para limpiar los envases en su propia casa.
Otro ejemplo, un amigo ingeniero me contó una vez
que las piezas que componen ciertas placas solares no pueden reciclarse y que
la polución en su fabricación es muy alta. Entonces, ¿qué es mejor, conseguir energía limpia o evitar la creación de
materiales poco sostenibles? Como ves, hay muchos factores que influyen en llevar un tipo de vida sano, y tenemos que decidir a qué queremos dar prioridad... Te dejo que reflexiones
al respecto.
Bueno, espero haberte servido de ayuda. Ya sabes que puedes
escribirme para lo que quieras. Muchas gracias por tu tiempo. Un abrazo y
¡hasta pronto!
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